Camino agustiniano para el discernimiento vocacional (Parte 5)
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24 marzo, 2022Que la Palabra de Dios te incendie el corazón
San Agustín tiene la certeza de que ama al Señor. ¿Cómo llegó a la convicción profunda de que su corazón había hecho click con el corazón de Dios? La respuesta nos la da él mismo: “Habías asaeteado, Señor, mi corazón con el fuego de tu caridad y llevaba tus palabras clavadas en mis entrañas” (San Agustín, Confesiones IX,2,3). Y más delante repite la misma idea: “Heriste mi corazón con tu palabra y ardí en tu amor” (San Agustín, Confesiones X,6,8).
Se dice que la llama de un pensador dura unos segundos, pero es capaz de incendiar un bosque. Hace un año se concedió el premio Alfaguara de Novela 2020 a la obra “Salvar el fuego” del escritor mexicano Guillermo Arriaga. Esta obra de la literatura exhibe la vida de personas que, ante las situaciones difíciles de la vida, cruzan los límites de la locura, la fantasía, el deseo, la venganza y el 💖amor.
El desarrollo de la trama va metiendo poco a poco a los lectores en un mundo misterioso y tremendamente dramático, como quien desciende a las entrañas mismas del fuego. Al final, el autor rescata la idea de que más allá de la violencia y el desencuentro, hay lugar para la redención y el amor; este es el fuego que hay que salvar; es la chispa divina capaz de incendiarlo todo.
🎯Para vivir con confianza un camino de búsqueda y discernimiento vocacional, hay que “salvar el 🔥”, es decir, “dejarse quemar en el fuego”; más aún, ponerse en llamas. Jesús de Nazaret dijo: “Vine a traer fuego a la tierra, y ¡cómo desearía que ya estuviera ardiendo” (Lc 12,49). ¿A qué fuego se refería? Sin duda alguna, a la causa del Reino, su pasión por Dios y su pasión por la humanidad sufriente.
Se trata del reinado de Dios entre las personas, el Reino de la misericordia, de la vida nueva, del amor. El fuego en el corazón de Jesús era su pasión por restaurar la relación de amor entre Dios y su pueblo. Las palabras de Jesús ponían en llamas los corazones de sus oyentes, y los entusiasmaba hasta el infinito en la más noble de las causas que jamás nadie había propuesto: en nombre del amor de Dios, su Padre, pasar por este mundo haciendo el bien.
La Palabra de Dios en el camino de discernimiento vocacional incendia los corazones en la misma causa de Jesús; 🎯no hay vocación sin causa, sin inspiración, sin pasión. Cuando se silencia la Palabra de Dios y ya no se la escucha en el corazón, entonces se cuela el viento frío del conformismo y la mediocridad. Y me pregunto: ¿Qué sería de nuestro mundo sin la imaginación de la solidaridad? ¿Qué sería de nuestra sociedad sin los sueños de los jóvenes? ¿Qué sería de la Iglesia sin la utopía del Reino?
Uno de los fenómenos más desconcertante de nuestra sociedad contemporánea es la depresión. Y cuando se escucha decir a un joven “es que estoy deprimido”, uno se pregunta qué está pasando. Y cuando ves la cifra alarmante de casos de suicidio de jóvenes, realmente te preguntas qué estamos haciendo mal…
Seguramente, falta pasión, inspiración, imaginación; falta amor. Entonces sí que hay que salvar el fuego, la presencia en el corazón de la única chispa divina capaz de incendiar el mundo; hace falta el encuentro vivo con Dios. 🎯Las palabras de Jesús contiene esa invitación que seduce el corazón del hombre al infinito. Le pone delante la invitación a adentrarse en la utopía del Reino. ¿Cuál es la pasión de tu vida? ¿Qué te hace vibrar de emoción? ¿Con qué proyecto sueñas para llegar a hacer la diferencia en este mundo? Todo aquello que imagines de maravilloso, la Palabra de Dios lo desborda y lo lanza más lejos aún… Si quieres de verdad embarcarte en la aventura de tu vida, deja que las palabras de Jesús resuenen en tu corazón, para que lo enciendan en el fuego de la caridad… ❤️🔥Salva el fuego de Dios en tu corazón, salva su pasión, salva tu capacidad de desear a lo grande y deja que Dios colme tus sueños y los desborde con su causa.