Santa Magdalena de Nagasaki, la santa que desafió al tirano
Anécdota
Cuando los cristianos japoneses estaban escondidos en las montañas de Nagasaki (Japón), a causa de la terrible persecución que se había desatado contra ellos, Santa Magdalena tomó una decisión valiente. Se sabía que algunos cristianos desistían o renegaban de la fe a causa de la persecución, entonces la joven catequista se presentó voluntaria ante el tirano para desafiarlo y así infundir valor a los cristianos. Había aprendido de sus catequistas y maestros en la fe, los misioneros agustinos recoletos, a no tener miedo; afrontó, como ellos, la persecución con firmeza y determinación. Las autoridades locales intentaron persuadir a la joven Magdalena con halagos y promesas para que renegara de la fe, pero ella se mantuvo firme, hasta el punto de morir por Cristo en medio de horribles tormentos.
Biografía
Magdalena nació en Nagasaki (Japón) el año 1611, hija de cristiano martirizados por su fe. Se consagró a Dios guiada por los beatos Francisco de Jesús y Vicente de San Antonio, agustinos recoletos, quienes la recibieron en la Orden como terciaria. Continuó con la labor de los frailes misioneros siendo una excelente catequista. En septiembre de 1634, con ánimo de sostener la fe vacilante de muchos cristianos ante la persecución, se entregó voluntariamente a las autoridades, proclamándose cristiana. Fue cruelmente torturada, pero permaneció firme en su fe. Condenada al tormento de la fosa, aguantó más de trece días suspendida por los pies de una horca, que se alzaba sobre una fosa casi herméticamente cerrada, antes de morir ahogada por el agua que había llenado la fosa. Tenía 23 años.
En el día en que la familia agustiniana la recuerda, le pedimos al Señor que anime nuestro corazón cobarde, así como infundió valor en el ánimo de Magdalena de Nagasaki, la joven japonesa seglar agustina recoleta. De este modo, los hijos de la recolección podremos responder con brío a la invitación del Maestro: vayan por todo el mundo y prediquen el Evangelio. Le pedimos al Señor que la familia agustiniana brille, a imitación de santa Magdalena de Nagasaki, por su celo evangelizador aun en medio de las dificultades. Que la intercesión de Santa Magdalena de Nagasaki conceda a la familia agustino recoleta ardor apostólico para ser testigos creíbles de la misericordia del Padre.
Santa Magdalena de Nagasaki nos enseña
Santa Magdalena nos ayuda a entender que la vida cristiana consiste en una entrega de amor, hasta el extremo de dar la propia vida, de modo que brille la luz de Cristo en el mundo.
Santa Magdalena de Nagasaki, la santa que desafió al tirano
Anécdota
Cuando los cristianos japoneses estaban escondidos en las montañas de Nagasaki (Japón), a causa de la terrible persecución que se había desatado contra ellos, Santa Magdalena tomó una decisión valiente. Se sabía que algunos cristianos desistían o renegaban de la fe a causa de la persecución, entonces la joven catequista se presentó voluntaria ante el tirano para desafiarlo y así infundir valor a los cristianos. Había aprendido de sus catequistas y maestros en la fe, los misioneros agustinos recoletos, a no tener miedo; afrontó, como ellos, la persecución con firmeza y determinación. Las autoridades locales intentaron persuadir a la joven Magdalena con halagos y promesas para que renegara de la fe, pero ella se mantuvo firme, hasta el punto de morir por Cristo en medio de horribles tormentos.
Biografía
Magdalena nació en Nagasaki (Japón) el año 1611, hija de cristiano martirizados por su fe. Se consagró a Dios guiada por los beatos Francisco de Jesús y Vicente de San Antonio, agustinos recoletos, quienes la recibieron en la Orden como terciaria. Continuó con la labor de los frailes misioneros siendo una excelente catequista. En septiembre de 1634, con ánimo de sostener la fe vacilante de muchos cristianos ante la persecución, se entregó voluntariamente a las autoridades, proclamándose cristiana. Fue cruelmente torturada, pero permaneció firme en su fe. Condenada al tormento de la fosa, aguantó más de trece días suspendida por los pies de una horca, que se alzaba sobre una fosa casi herméticamente cerrada, antes de morir ahogada por el agua que había llenado la fosa. Tenía 23 años.
En el día en que la familia agustiniana la recuerda, le pedimos al Señor que anime nuestro corazón cobarde, así como infundió valor en el ánimo de Magdalena de Nagasaki, la joven japonesa seglar agustina recoleta. De este modo, los hijos de la recolección podremos responder con brío a la invitación del Maestro: vayan por todo el mundo y prediquen el Evangelio. Le pedimos al Señor que la familia agustiniana brille, a imitación de santa Magdalena de Nagasaki, por su celo evangelizador aun en medio de las dificultades. Que la intercesión de Santa Magdalena de Nagasaki conceda a la familia agustino recoleta ardor apostólico para ser testigos creíbles de la misericordia del Padre.
Santa Magdalena de Nagasaki nos enseña
Santa Magdalena nos ayuda a entender que la vida cristiana consiste en una entrega de amor, hasta el extremo de dar la propia vida, de modo que brille la luz de Cristo en el mundo.