La vocación es el don de sí en el amor

Con ocasión de la sexagésima Jornada mundial de oración por la vocaciones, el Papa Francisco escribió el habitual Mensaje que acompaña este día de oración. Como es ya una tradición en la Iglesia, dicha Jornada se celebra en el contexto del cuarto domingo de Pascua o domingo del Buen Pastor 🐑, que este año cae el 30 de abril.

A propósito del Mensaje del Papa 📩 para la Jornada de oración por las vocaciones, queremos resaltar cuatro aspectos que nos parecen los más relevantes.

1. Es la primera ocasión en que un Papa habla de su propia experiencia de la llamada del Señor 🙏. Estas son sus propias palabras:

“A lo largo de nuestra vida, esta llamada, inscrita en lo más íntimo de nuestro ser y portadora del secreto de la felicidad, nos alcanza, por la acción del Espíritu Santo, de manera siempre nueva, ilumina nuestra inteligencia, infunde vigor a la voluntad, nos llena de asombro y hace arder nuestro corazón. A veces incluso irrumpe de manera inesperada. Fue así para mí el 21 de septiembre de 1953 cuando, mientras iba a la fiesta anual del estudiante, sentí el impulso de entrar en la iglesia y confesarme. Ese día cambió mi vida y dejó una huella que perdura hasta hoy”.

2. El Papa cita el Sermón 69 de san Agustín para hablar de vocación. Y viene a decir que es importante insistir en la vocación precisamente para que se dilaten los espacios del amor ❤, “dilatentur spatia caritatis”. He aquí de nuevo sus palabras:

«Que el Espíritu del Señor resucitado nos quite la apatía y nos conceda simpatía y empatía, para vivir cada día regenerados como hijos del Dios Amor (cf. 1 Juan 4,16) y ser también nosotros fecundos en el amor; capaces de llevar vida a todas partes, especialmente donde hay exclusión y explotación, indigencia y muerte. Para que se dilaten los espacios del amor, y Dios reine cada vez más en este mundo«.

3. El Papa insiste en que la vocación es para la misión. Y nos comparte seis verbos 📋 que nos ayudan a definir muy bien el sentido de la misión de todo discípulo. Estas son sus palabras:

“La acción misionera no nace simplemente de nuestras capacidades, intenciones o proyectos, ni de nuestra voluntad, ni tampoco de nuestro esfuerzo por practicar las virtudes, sino de una profunda experiencia con Jesús. Sólo entonces podemos convertirnos en testigos de Alguien, de una Vida, y esto nos hace “discípulos misioneros”. Entonces nos reconocemos como marcados «a fuego por esa misión de iluminar, bendecir, vivificar, levantar, sanar, liberar”.

4. Por último, el Papa Francisco nos regala varias pequeñas descripciones súper expresivas 📜 acerca de lo que es la vocación cristiana:

Vocación es gracia y misión, don y tarea.
La vocación es fuente de vida y alegría verdadera.
La llamada porta el secreto de la felicidad.
La vocación hace arder nuestro corazón.
La fantasía de Dios para llamarnos es infinita.
La vocación tiene dos interlocutores: Dios y el corazón humano.
Dios llama amando.
No hay vocación sin misión.
La iglesia es una sinfonía vocacional.
La vocación es el don de sí en el amor.