REDENCIÓN


Viernes IV de Adviento

Escuchemos a san Agustín

«Escucha lo que ya sabes, recuerda lo que escuchaste, ama lo que crees, anuncia lo que amas. Puesto que celebramos este día de aniversario. Ha nacido Cristo: como Dios, del Padre; como hombre, de madre.»

Sermón 194,1.

Reflexión + Oración

Cuánta agitación.

Cuántas cosas que comprar a última hora: Regalos, vinos, comidas especiales, luces para adornar... Y al final, hacer una fiesta con cansancio y no se sabe qué cosa o a quién se festeja.

Quisiera un minuto, tan sólo pido un minuto para reposar de tanto trajín. ¡Sí! Me tranquilizaré un minuto, haré el silencio que necesito. ¿Qué día es hoy? –Mi mente abrumada se pregunta–. ¡Pero si es 24 de diciembre... Nochebuena! Hace tantos años que ni siquiera mencionaba la fecha. Debo de decir que he sentido en mi interior cómo una descarga de luz ilumina mi corazón.

¡Qué hermosos recuerdos en familia! Mis hermanos y yo armábamos juntos el belén en la sala del hogar familiar. La Virgen María, el Niño y san José, los pastores y los reyes de Oriente en sus camellos como cabalgadura. Me imaginaba el ángel cantando en el cielo y todo envuelto en un halo de luz que me hacía feliz, y ante el Belén rezábamos por nuestra familia...

¡Sí! He comprendido que hoy es tu fiesta, pequeño Jesús. Te he sentido tan cercano en este silencio que ahora hago; ayúdame a no olvidarme de ti aun en medio de tantas correrías diarias; que no me olvide que en la Navidad se te festeja a ti, que eres el único que puede dar sentido a nuestra vida.

Marcia Oreamuno
Padre Bueno,
Dios de misericordia y consuelo, el silencio de esta noche
nos comunica tu amor sin medida, y así resplandece para el mundo la luz verdadera, Jesucristo
tu Hijo, nuestro hermano.

En el Niño de Belén,
aupado por su Madre, la Virgen, contemplamos a nuestro Salvador y te sentimos cercano,
¡eres el Dios-con-nosotros!
¡Qué se alegren los humildes!

El Hijo de Dios se ha hecho siervo
para conducirnos a Dios.

¡Que se alegren los débiles y enfermos!
Ha nacido el que los sana.
¡Exultad de gozo los siervos!

Ha nacido el Señor.
Alégrense los misericordiosos,
¡ha nacido la misericordia!
¡Exultad de gozo los cansados y agobiados!

Ha nacido nuestro reposo.
¡Exulten todos los cristianos!

Ha nacido Dios.
Padre lleno de amor y ternura, en esta noche santa celebramos el nacimiento de tu Hijo
Jesucristo, hermano nuestro.

Por eso te pedimos
que vuelvas tu mirada serena
y benigna
sobre nuestra familia
que se reúne
para compartir en esta mesa
fraterna.

Bendícenos y bendice nuestro pan cotidiano con el rocío de tu amor.

Padre de bondad,
que en esta noche santa
de la Natividad de tu Hijo, tu protección acompañe
a los que sufren el abandono y la soledad,
y a nosotros
danos entrañas de misericordia para consolar al triste y afligido.

A ti te lo pedimos,
por Jesucristo nuestro Señor.

Amén.

Para pensar

  • Hoy nos nace el salvador. Pero ¿salvador de qué o quién? Cristo nos salva mostrándonos el camino que nos aleja del egoísmo, fuente de las más grandes maldades, y al alejarnos de ese camino de perdición nos ayuda a crecer.
  • ¿Eres víctima del egoísmo? ¿quieres dejar ese camino y sentir la salvación de Dios? ¿has aprovechado este adviento para caminar junto a Cristo?