PROFECÍA


Sábado II de Adviento

Escuchemos a san Agustín

«Regocíjese, pues, el mundo en las personas creyentes, por cuya salvación vino el salvador del mundo.
El creador de María nació de María; es hijo de David el señor de David; del linaje de Abrahán quien existe antes que Abrahán.
El creador de la tierra fue hecho en la tierra; el creador del cielo fue creado bajo el cielo. Él es el día que hizo el Señor, y el Señor mismo es el día de nuestro corazón.
Caminemos en su luz, exultemos y gocémonos en él».

Sermón 187, 4.

Reflexión

Virgen María, eres feliz porque creíste que para Dios nada es imposible. Que nuestra fe se parezca a la tuya.

Dijiste un “sí” que llenó tu vida y confiaste de verdad en la Palabra del Señor. Que aceptemos siempre lo que Él nos pida. Viviste unida a Jesús, fuiste pobre y sufriste con Él. Ayúdanos a superarnos en la dificultad.

Amaste a Jesús como nadie le amó, por eso estás ahora tan cerca de Él. Que su amor abarque toda nuestra vida.

Estuviste con Él al pie de la cruz, y Él te hizo madre nuestra. Concédenos ser tan pequeños y tan fieles que vivamos cada día más unidos a Jesús.

E. Botana

Para pensar