¡Despierta!
«Jesús viene para traernos la misericordia del Padre, para mostrarnos el rostro del amor que vence la oscuridad y da verdadera paz.» (Homilía, 27 de noviembre de 2016).
El Adviento es un tiempo que nos invita a reflexionar profundamente sobre la venida de Cristo, a sacudirnos de la indiferencia y a preparar nuestro corazón para recibirlo con alegría.
Fr. Antonio Carrón de la Torre, OAR
Profundidad
La profundidad del amor de Cristo.
Altura
La altura del amor de Cristo.
Anchura
La anchura del amor de Cristo.
Longitud
La longitud del amor de Cristo.
La profundidad del amor de Cristo es esencial en nuestra vida espiritual, especialmente durante el Adviento.
Profundidad
La profundidad del amor de Cristo es esencial en el Adviento. San Pablo nos invita a comprender este amor, que fortalece nuestra vida y nos da seguridad.
En esta temporada, busquemos momentos con Jesús, encontrando en su amistad la fuente de gozo y libertad, y compartamos con plenitud en Navidad.
La altura del amor de Cristo es un tema central en la liturgia.
Altura
Se invita a reflexionar sobre la altura del amor de Cristo en el Adviento, destacando la importancia de la Eucaristía y la comunidad.
Se enfatiza que, a pesar de las imperfecciones humanas, todos somos amados por Cristo y convocados a unirnos en la liturgia, elevando nuestra humanidad hacia la divinidad.
El amor de Cristo es universal y debe reflejarse en nuestra relación con los demás.
Anchura
Hoy es el tercer domingo de Adviento, un tiempo de alegría y reflexión sobre el amor de Cristo. San Pablo nos recuerda que el amor de Dios es constante y universal, y que debemos amar a todos, incluso a nuestros enemigos.
La verdadera fe implica ser instrumentos del amor divino en nuestra vida cotidiana.
Reflexionamos sobre la dimensión del amor de Cristo, que une la realidad divina y humana.
Longitud
Reflexionamos sobre la longitud del amor de Cristo en el cuarto domingo de Adviento. Este amor se manifiesta en la Encarnación, donde Dios se hace humano.
Se nos invita a practicar la generosidad y caridad, especialmente hacia los más necesitados, y a ser solidarios, reconociendo en ellos el rostro de Jesús.